lunes, 4 de octubre de 2010
¿Cuándo decidiste perderte?¿Dónde encontrarte?
¿Dónde estás? ¿Cuándo decidíste morir? ¿Qué fue de la llama que mantenía viva tu esencia? Viva, hambrienta de sentimientos, deseosa de contar al mundo aquello que narrabas con la mirada...
Vuelve. Tienes que volver a nacer. Respira si es que decidiste dejar de hacerlo en mitad de tu andadura, renace de tus cenizas si es que dejaste que tu vida se oxidara. Pero hazlo, piensa, coloca en la balanza tus emociones difusas y tus sueños de futuro y aspiraciones personales... ¿De qué lado se inclina? ¿Cómo lograrás recuperarte a ti misma? Sabes que no es una tarea fácil, puede parecer imposible, o puede incluso que tu ansia de cambio se desvanezca con el nuevo día, por eso has de luchar como si de la última batalla se tratase, una pelea cuerpo a cuerpo con la mano invisible que maneja los hilos de tu corazón a su antojo. Libra una contienda con la niña que no quiere abandonarte, con esfuerzo lograrás que salga corriendo para ser sucedida por la mujer que debes ser, esa que busca dentro de sí hasta encontrar, la que no deja que las adversidades le superen, la que debora libros y ve en el futuro su felicidad absoluta.
No sientas, mantén la cabeza fría, sabes que tu alma no fue hecha para sufrir.
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