domingo, 23 de diciembre de 2007

En la atalaya del tiempo. . .

Y es que hace tanto que no escribo... que no me paro a pensar...
En ocasiones vivir así es más fácil, dedicarse a respirar, caminando por la vida aceptando lo que el destino te depara, luchando cada día por hacerte notar, intentando ser feliz con lo que tienes, y soñando...
Soñar... que las cosas algún día cambiarán para ti, que podrás huir y comenzar de nuevo, volver a nacer, a respirar y comerte el mundo por primera vez.
Son tantas cosas, que pronto mi blog dará su último adiós a ese único lector anónimo que puede que solo exista en mi imaginación... No tiene sentido seguir escribiendo, si dejo tantos espacios en blanco en esta historia que con emoción comencé a escribir en el caluroso verano de un 2007, que se esfuma cual lágrima veloz por los resquicios de tu faz...
Y hacer balance de las miles de cosas que he vivido estos pasados 365 días no es fácil, pues siguen doliendo los recuerdos, en mi corazón y en mis manos, en las teclas del ordenador... Sin embargo, si tuviera que elegir, y mantener congelado un momento, no lo dudaría ni un solo minuto, todo confluiría en la persona más importante de mi vida: mi mejor amiga. Sí, ella es mi instante único e inolvidable, no puedo explicar cómo, pero ella me da la felicidad. Creo que estos días, por suerte o por desgracia de lo que nos ha pasado, me he dado cuenta de lo muy vacío que estaría mi pequeño universo sin la luz de sus ojos, sin la musicalidad de sus palabras, sin el calor de sus abrazos y la fuerza de sentirla cerca. Todos los años agradezco que existe y alguien quiso traerla a mí, y deseo, que jamás se separe de mi lado, que nunca deje de ser tan perfecta como ella es para convertirse en algo imperfecto como yo... pues no me lo perdonaría.
Qué pocas canciones se han dedicado a la amistad... y cuántas al desamor... No podría calcular las horas que ella ha pasado secando las lágrimas de esta pobre Nómada, en las que me ha abrazado fuertemente y compartido mi dolor, juntando los trocitos de un corazón roto...
Nunca había caído en las noches en vela llorándole a Él, subordinando mi felicidad a un hombre, sin remedio alguno, sin atreverme a admitir que tanto sufrimiento,difícilmente es amor.
Pero hoy... siento que todo eso ha cambiado, que vivir no es fácil, ni en casa, ni con los amigos, ni de fiesta, ni entre hermanos, ni para mi abuelo y mi tio enfermos... Vivir no es fácil pero yo reto a la vida... La miro desafiante y me enfrento a los obstáculos que me impone, con energía y confianza, con amor... con mucho amor.
Camino por las calles de mi pequeña ciudad como lo haría mi bici entre la naturaleza, aunque con una diferencia: son mis piernas las que avanzan seguras y se arriesgan. Mi pelo ondea al viento, mis labios callan, mi cabeza maquina, mi conciencia silba una y otra vez.
Yo... nada más. Mi vida diaria que transcurre cual sueño convertido en realidad: en la facultad, mágico lugar,motor de mi felicidad, cada rincón que supone algo para mí, comenzando por nuestros bancos de reunión y café, las máquinas, en torno a las cuales observo al PiTuFo más lindo trabajar sin parar, mirarme tímidamente de reojo y escuchar mis conversaciones de chica loca, como dice él... La cafetería, rebosante de periódicos, donde los camareros saben hacerte sonreír. Las escaleras, iluminadas dulcemente por el sol del mediodía, llenas de estudiantes, de historias, de verdades... Los pasillos, uno de esos sitios para pasear buscando aquello que anhelas encontrar. Cada libro y su olor a viejo, cada pintada en la puerta de los baños, cada post-it y los poemas que estos contienen... cada minuto entre aquellos muros junto a esas personitas especiales y pintorescas que han supuesto un soplo de aire freco para mí, y a las que día a día cojo más cariño. Y el autobús... ¿quién me iba a decir, que un singular medio, en cuyos asientos va un poco de cada alumno, y que en ocasiones nos asusta con frenazos repentinos,iba a traer emoción a mi mundo, cada día al montar y sentirme segura apoyada en los incómodos asientos azules? No sé ni cómo ni porqué, pero me siento bien cuando lo veo llegar, cuando le tengo a él cerca... mi chico de brillantes ojos azules,ojos que atraviesan mi coraza mientras disimuladamente busca un lugar a mi lado, abre sus apuntes y lee y relee sin parar... Creo que no hay nada más increíble que poder tenerlo cerca, un día a la semana sí, pero inexplicablemente no necesito más para saber que será mío... porque es diferente, y eso, lo significa todo para mí.
Me he construido una vida abuelitos, ayá donde estéis podréis comprobarlo... Ya no soy un frágil ave que vuela sin rumbo, tengo mi sitio, tengo mi trabajo y mis alumnos que me adoran, en cuya compañía paso tan buenos momentos... Mi trocito de cielo dos pisos más arriba, mi facultad, paraíso terrenal, mi grupo, que nunca deja de estar ahí para mí, mi familia, sin la cual no sería Yo, mi bar, refugio en la noche...
Es tanto lo que tengo ...
No estoy enamorada, en estas épocas idóneas para pasear de la mano de ese alguien mientras te abrigas y observas nevar, me tengo a mí, me cuido, me quiero y me convenzo de que cuando llegue, no cometeré los mismos errores que cometí con Él.
Amo a Mi Pelusilla, es increíble, único e inigualable.. Pero eso ya lo sabe, se lo digo a menudo... Con él , el mundo es de colores y sabe a gominola, flotamos en las nubes, viajamos en el tiempo, besamos el aire alrededor... No me dejes nunca Iván.
Me voy, voy a correr bajo la atenta mirada de la luna en este día de navidad 2007... voy a seguir siendo Yo.
FeLiZ NaViDaD, FeLiCeS SueÑoS aLLá DonDe eStéS... y devuélveme mis 5 sonrisas...

Y es que ya... volar es algo que domino en soledad

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