De pronto, en la inmensidad de la noche, la primera lágrima recorrió su faz, esa lágrima que había esperado tanto tiempo para brotar. . . Descubriendo que tras su apariencia de chica mala, no había más que un pobre corazón abandonado, desnudo, asustado, que había perdido la fe.
¿ Por qué no vuelves a salvarme ?
No soy capaz de hacer esto sola.
Únicamente sé llorar, cerrar los ojos cobarde y evitar pensar. . . Mi rutina se ha transformado en un escape constante de la realidad, sea cual sea su esencia.
Odio el mundo egoísta en que me ha tocado vivir, odio mis miles de errores, odio ir dejando escapar mis 7 vidas. . .
Mírame ahora. ¿Qué ves?
Siempre estaré ahí, aunque no logres entenderlo. No dejes de mirar...
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