Ella era pequeña, no de tamaño, pero se sentía disminuir frente al mundo que la rodeaba. . . Sólo había una persona que la hacía creer merecerlo todo, sentirse grande, que la hacía brillar y aún así la aguantaba frente a cualquier error ( y eso que eran muchos). Sabía que esa persona era un regalo del cielo, y en ocasiones se preguntaba por qué, si ella nada tenía que pudiera darla, nada al menos que estuviera a la altura de tan buen corazón... Pero en la vida, hay hechos inexplicables, no todo atiende a razones, y esa amistad inigualable era una de esas cosas que son y ya está.
Por eso, sólo por eso, Ella era la chica más afortunada del universo, podía morir sabiendo que se llevaba lo mejor : haberla conocido.
Y llegó su día.
Aquel fatídico momento en que el reloj marcó las 12 y el mundo se paró para felicitarla por seguir viviendo un año más. De pronto su teléfono sonaba sin parar, miles de te quieros la inundaron, hizo suyos deseos de cosas imposibles, sintió el calor de tanta gente. . .
Sin embargo, no hay nada como volver a vivir algo que ya has vivido un año atrás, para comparar, recordar y no poder evitar echarle de menos...
Él fue lo primero que apareció fugaz por su pensamiento, como un mal sueño la atormentó, haciéndola de nuevo, retroceder a Santander y a aquella noche en la que se durmió bañada en lágrimas por tenerle lejos, en la que lo odió minuto a minuto por una sosa felicitación y por cómo no... haber hecho de ese día, el más triste del año.
¿Aún sigues buscando tu camino?
[ Encontrar mi lugar lleva su tiempo ]
Feliz Cumpleaños Chica Nómada . . .
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